miércoles, 15 de mayo de 2013

De regreso a octubre


Por Jorge Duarte*
Con la presentación del Partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo (CET) se empezó a clarificar el panorama de cara a la participación de las distintas centrales sindicales en las elecciones de octubre. Sumar candidatas a distintos espacios, armar una herramienta electoral propia o salir en busca de alianzas políticas parecen ser los caminos elegidos.

La pretensión estratégica de los sectores sindicales de tener candidatos propios que se conviertan en sus representantes en los diversos espacios parlamentarios no es nueva. Hace años sucede con expresiones variadas y con resultados diversos. Con un movimiento obrero organizado disperso y una realidad que muestra cinco centrales sindicales se complejiza la situación. Todos buscan posicionarse para obtener algunos cargos a través de las urnas y plantarse como parte de alguna alternativa viable de cara a las elecciones de 2015. Las negociaciones por los cargos no comenzaron, pero sí quedan claras las primeras cartas que jugarán cada uno y cuáles son sus intenciones.
Moyano, con el lanzamiento del CET, busca enmarcar un armado peronista clásico que reúna todas las expresiones hoy alejadas del Kirchnerismo. Hasta el momento el líder camionero logró captar la atención de los gobernadores peronistas no kirchneristras, el espacio bonaerense encabezado por De Narváez y expresiones peronistas minoritarias de otras provincias. Antiguos aliados k, opositores acérrimos o cercanos hoy alejados son bien recibidos por el Moyanismo. Seguramente, el líder de la CGT Azopardo utilizará su poder de movilización para negociar la incorporación de sus hombres en los armados de listas y buscará que su espacio se convierta en la ambulancia que recoja a los heridos que dejen las disputas internas del kirchnerismo cuando se debatan cargos. Estructura de reconstrucción del peronismo tradicional.
La CGT Alsina, que lidera el metalúrgico Caló, irá por cargos en las listas del Frente Para la Victoria y buscará colocar a sus hombres en lugares que les garanticen representación. La expectativa de máxima pretendida por la central será obtener el 30% de los cargos, pero seguramente se conformarán con bastante menos. El apoyo brindado por la CGT Alsina al gobierno que encabeza Cristina Fernández de Kirchner incluyó jugadas fuertes, como la fractura de la tradicional CGT y esperan que ese gesto (entre otros) sea recompensado en su justa medida. Además, con la figura de Víctor Santa María a la cabeza, buscará hacer pie en las elecciones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires donde el FPV suele hacer agua. Buscará consolidarse como el brazo obrero del kirchnerismo.
Con poco para negociar, pero de los primeros en elegir candidato, se encuentra Luis Barrionuevo. Desde hace tiempo el dirigente gastronómico y líder de la debilitada CGT Azul y Blanca optó por poner todas sus fichas al cordobés De la Sota y ahí espera poder colar sus fichas. Barrionuevo, en el último año, mostró gestos de acercamientos al líder camionero, Hugo Moyano, y la figura de De la Sota los puede terminar de encolumnar detrás de un mismo proyecto que busque disputarle las banderas del Peronismo al kirchnerismo. Veremos si los egos y los deseos concluyen en armado político o las fotos y las intenciones se diluyen.
En la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) no es muy diferente el horizonte. La CTA liderada por  Hugo Yasky, volcada al apoyo del gobierno nacional en diversas vertientes, buscará colar algún candidato ya sea por el FPV o por listas aliadas. Por otra parte, la CTA que encabeza Pablo Micheli buscará cerrar su apoyo a un espacio de centro-izquierda -símil FAP-. Hubo rumores y más rumores sobre la posible candidatura de Pablo Micheli, sin embargo no queda claro si será él uno de los hombres que represente a la central con aspiraciones parlamentarias. Desde el seno de la central se teme que una candidatura de su líder pueda rifar en las urnas lo que están construyendo desde el quiebre de la central en 2011. La apuesta por candidatos y el apoyo a un proyecto político que supere lo sindical no termina de convencer a muchos y seguirá siendo debatido, aunque la última palabra la tendrá Micheli.
La diversidad de posturas en torno a cómo participar en las elecciones de octubre es una expresión más de la fragmentación del movimiento obrero organizado. Las conducciones definen estrategias, arman alianzas, discuten candidatos y cierran acuerdos. Los trabajadores serán quienes tengan la última palabra y con su voto expresarán su apoyo o su desagrado.

*Periodista especializado en temas gremiales / http://escritosdeclase.blogspot.com.ar  / @ludistas
Nota originalmente publicada en Marcha

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