viernes, 2 de noviembre de 2012

Moyano en construcción


Por Jorge Duarte*
Las imágenes se suceden y Hugo Antonio Moyano parece estar dispuesto a generar hechos políticos uno tras otro. El líder indiscutido de camioneros y la CGT Azopardo, busca posicionarse en el mapa político como el dirigente más fuerte para encabezar una salida al kirchnerismo dentro del Peronismo.

Pasados dos años de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner y a un año de aquel 54% obtenido en las elecciones presidenciales por Cristina Fernández de Kirchner, el peronismo le imprime una dinámica vertiginosa a su interna. Intendentes, gobernadores, dirigentes sociales y dirigentes sindicales empiezan a pensar sus posicionamientos 2013-2015, de modo de conseguir su lugar estratégico de cara al escenario electoral incipiente. Las figuras con mayor proyección nacional como son Scioli, Massa y De la Sota se mantienen expectantes buscando respaldos y armados que los sostengan. Por su parte, Hugo Moyano, con el poder de fuego de su CGT Azopardo busca erigirse como figura principal de peronismo no kirchnerista para encabezar la salida. Cabeza de ratón, por ahora, antes que cola de león parece ser el posicionamiento por el momento.
Desde el inicio de 2012 Hugo Moyano se convirtió en un generador constante de hechos políticos y se mantuvo siempre en la agenda de la oposición y del oficialismo. Fotos con dirigentes de la UCR como Mario Barletta, Ricardo Alfonsín, Ernesto Sanz, Ricardo Gil Lavedra y Gerardo Morales; fotos con Pino Solanas, con los dirigentes del FAP Hermes Binner y Norma Morandini; presencia en encuentros con las entidades agropecuarias; los guiños constantes a los gobernadores Juan Manuel De la Sota y Daniel Peralta; flashes junto a De Narváez, Eduardo Amadeo, Jorge Busto, Adolfo Rodríguez Saá, José "Pepe" Scioli, Claudia Rucci y Jesús Cariglino; la fresca presencia en un encuentro de la UATRE con Mauricio Macri; y la denominada unidad de acción con la CTA de Pablo Micheli son sólo algunos de los ejemplos.
Dentro del plano sindical la actividad de la CGT Azopardo que encabeza el líder camionero se aceleró. Con la premisa de mantenerse movilizada, ante la falta de respuestas del gobierno nacional, impulsa una campaña constante contra el impuesto a las ganancias y por la eliminación del tope para el pago de las asignaciones familiares a los trabajadores. Además sostiene diversos conflictos de carácter regional o local como por ejemplo: petroleros en el sur, camioneros en Quilmes, Dragado y Balizamiento en la Isla Demarchi, Docentes en la Provincia de Buenos Aires y otros. En el marco de la denominada unidad de acción con la CTA encabezada por Pablo Micheli ya se produjeron tres actividades concretas. Una movilización conjunta a Plaza de Mayo, un piquete y resistencia contra el desalojo de la Isla Demarchi y el reciente abrazo al Congreso Nacional para manifestar su desacuerdo contra la nueva legislación de Riesgos del Trabajo.
Percepción e imagen
La primera impresión ante la cantidad de eventos descriptos encabezados por Hugo Moyano parece mostrar confusión, barullo y falta de plan político. Ahora bien, al mirar el resultado de un estudio presentado esta semana por la Consultora Isonimía encontramos que la imagen positiva del Secretario General de la CGT Azopardo creció hasta llegar al 35%. El estudio lo coloca como el séptimo dirigente con mejor imagen por detrás de Scioli, Massa, Macri, Cristina Fernández, De Narvaez y De la Sota respectivamente. Este crecimiento de la imagen positiva del camionero, lo coloca en la discusión política y lo deja en una posición expectante de cara al futuro.
El mayor capital político de Hugo Moyano reside en su poder de movilización y la capacidad estratégica de Camioneros de hacer sentir sus reclamos. Sin embargo, la ruptura de la CGT, la confrontación con el gobierno nacional que lo enfrentó al Ministerio de Trabajo, el retraso en los pagos de los fondos APE de las Obras Sociales y la falta de aliados políticos estables amenazan con ir minando ese poder de fuego de la CGT Azopardo. La unidad de Acción estratégica con la CTA lo fortalece desde la movilización, pero limita su capacidad de articular alianzas políticas. Cuando todavía los fotógrafos no terminaban de revelar la foto que Moyano se sacó con Mauricio Macri, Pablo Micheli ya marcaba su desagrado. El margen de acción parece no ser tan amplio. Estos límites son conocidos por Hugo Antonio y por eso los puentes con Barrionuevo se tienden en silencio.
La apuesta a una imagen dialoguista con una hiperactividad política colocó a Moyano en carrera. El problema parece residir en la falta de espacios prósperos con los cuales articular un armado político sin que eso se convierta en suma cero o termine restando para ambos espacios. El tinte conservador encarnado por la mayoría de los dirigentes peronistas dispuestos a pensar en una salida del kirchnerismo deja a Moyano ante la disyuntiva: consolidar su unidad de acción de tinte centroizquierdista con la CTA Micheli y organizaciones ideológicamente afines (que por cierto le tienen recelo) o recurrir a la vieja fórmula de pasar a juntar los heridos de la interna del PJ. Ambas serán excluyentes. Por ahora, cabeza de ratón.

*Periodista especializado en temas gremiales / Conductor de En Casa Hablamos FM Radio Sur 88.3 / http://escritosdeclase.blogspot.com.ar/ @ludistas 
Nota originalmente publicada en Marcha

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