sábado, 13 de octubre de 2012

CGT al molde


Por Jorge Duarte*
El pasado miércoles en el Estadio de Obras Sanitarias se realizó el Congreso normalizador de la CGT oficialista, en el cual eligieron las autoridades nacionales que estarán al frente de la central hasta 2016. Avancemos en una crónica de la consolidación de la dispersión de las fuerzas de los trabajadores organizados.

El miércoles la fracción de los gremios de la CGT vinculados al Gobierno nacional eligió sus autoridades por el período 2012-2016. Esa elección, que marca el nacimiento formal de la CGT oficialista (a.k.a. antimoyanista, Alsina, kirchnerista, Belgrano), sirvió de primer botón de muestra de las fuerzas con la que cuentan. Tras muchísimos vaivenes que debilitaron el matrimonio por conveniencia entre los gremios denominados “gordos”, “independientes” y ex moyanistas, se acordó que Antonio Caló, secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), encabece la central, secundado por Andrés Rodríguez, secretario general de Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y Omar Viviani, secretario general del Sindicato de Peones de Taxis. Este armado compuesto por los grandes gremios estuvo en la cuerda floja hasta último momento: triunvirato, unicato, conducción colegiada y otras opciones circulaban mientras disminuía la imagen, ya de por si desgastada, de cúpulas dirigenciales eternizadas y con alto grado de desprestigio social.
Los datos duros expresan que, frente a la veeduría del Ministerio de Trabajo, se realizó el expeditivo congreso que decidió el futuro mediato de la CGT oficialista. Conformación de autoridades, presentación de lista, oficialización de lista, período de impugnaciones, conformación de la junta electoral, elección y proclamación de la Lista 1 Azul, se sucedieron en el lapso de 3 horas y consiguieron formalizar en lo simbólico y en lo legal a Antonio Caló como cabeza de la central sindical. Según informaron los organizadores, al encuentro asistieron 102 asociaciones gremiales afiliadas a la CGT y aportaron un total de 1427 congresales que conformaron el padrón electoral del mismo. Sobre el total de congresales acreditados, la Lista 1 Azul obtuvo 1424 votos. Vale decir que consiguieron la presencia de más gremios de los esperados inicialmente y, por lo tanto, contaron con más congresales de los que aspiraban en un comienzo.
La jornada del miércoles arrancó temprano cuando comenzaban a arribar los congresales del interior, mientras los líderes sindicales terminaban de cerrar la repartija de cargos en una especie de “desayuno de trabajo”. Al mismo tiempo diversas columnas de trabajadores de distintos gremios se acercaban a celebrar la elección y comenzaban a agruparse en las puertas del estadio de Obras Sanitarias. Los grupos que se acercaban, identificados con las conducciones gremiales, demostraban más el funcionamiento de un aparato aceitado, que un entusiasmo propio de un nacimiento sindical auspicioso. Con el correr de las horas se fue nutriendo la concurrencia y se pudieron divisar como mayores exponentes a los estatales de UPCN, peones de taxis, metalúrgicos, transportistas de la UTA y trabajadores de la sanidad. Esos gremios mayoritarios, acompañados por grupos de la Unión Ferroviaria y La Fraternidad, pusieron algo de color a un evento con pocas luces desde los discursos y desde las propuestas.
El perfil dialoguista de la conducción sindical de la CGT oficialista se complementó con un Obras Sanitarias en el que no había más de 5 mil personas que cantaban por la unidad entre la central y el gobierno nacional. La defensa del modelo nacional y popular, encarnado en la figura de Cristina Fernández se transformó en la consigna, relegando los reclamos sindicales como la suba del mínimo no imponible de ganancias, la universalización de las asignaciones familiares, el combate al trabajo informal y otros a un difuso segundo plano. La coronación de ese espíritu se expresó en las palabras del flamante secretario general Antonio Caló, que afirmó: "Si defender este modelo significa ser oficialista, soy oficialista". Primero el modelo, después los gremios, después los trabajadores.
La puja por la legalidad de la CGT se resolverá con la moneda cayendo del lado de Caló indefectiblemente. La puja por la legitimidad dentro del movimiento obrero es lo que queda por resolverse. Además, para el futuro cercano resta ver si este matrimonio por conveniencia entre gremialistas que se miran de reojo puede sostenerse y consolidarse. También queda por comprobarse si la escasa capacidad de movilización demostrada el miércoles es el verdadero poder de fuego de la central; y si el Gobierno nacional responderá a este acto de lealtad con concesiones y anuncios para que sus aliados puedan legitimarse y cumplir su objetivo de terminar de aislar a Moyano para sacarlo de un tablero que hoy se encuentra plagado de jugadores.

*Periodista especializado en temas gremiales / Conductor de En Casa Hablamos FM Radio Sur 88.3 / http://escritosdeclase.blogspot.com.ar/ @ludistas 

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