viernes, 10 de agosto de 2012

Trabajadores a campo traviesa


Por Jorge Duarte*
Los números difundidos por Carlos Tomada, Ministro de Trabajo, nos muestran una realidad espeluznante para los trabajadores vinculados a la actividad agropecuaria. Según informó el ministro, “el 80% de los trabajadores del campo está en negro”. Repasemos el fenómeno.

La cifra, aunque impactante, no es el reflejo de un fenómeno novedoso ni desconocido para quienes lo abordan con alguna profundidad. Mientras en los últimos 5 años se ha hecho frecuente la discusión sobre la presión tributaria a la renta agraria (resolución 125 mediante), sólo se ha puesto el foco sobre la realidad que viven los trabajadores del sector de manera fragmentaria y sin la rigidez necesaria. Retenciones, incentivos, costo fiscal de los campos, subsidios para la producción o subsidios por desastres naturales han pasado por la agenda, pero ha quedado en un segundo plano la información sobre el grado de informalidad que sufren quienes durante extensas jornadas ponen el “lomo al sol” para producir y hacer crecer “al campo”.
En disputa con las patronales agrarias y con Gerónimo Venegas -titular de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), como aliado estratégico de Duhalde-, se presentó un proyecto de ley que apuntaba a aprobar un nuevo Estatuto del Peón Rural. El nuevo Estatuto, que incluye cláusulas necesarias para atacar la informalidad de los trabajadores del sector y mejoras en sus condiciones laborales, tardó 5 años en ser aprobado y todavía hoy no fue reglamentado por el Poder Ejecutivo Nacional. Estas dilaciones son evidencia de un proyecto que apuntó más a persuadir de posturas opositoras a las patronales agrarias y al propio Venegas, que a cambiar la situación laboral de los trabajadores del sector.
Las responsabilidades de este 80% de trabajo en negro de los trabajadores del campo caen en varios casilleros en simultáneo. Obvia responsabilidad de patrones y empresarios que contratan informalmente y llegan a reducir a la servidumbre a trabajadores que, por sus necesidades, tienen poca capacidad de resistencia y organización. Responsabilidad de quienes deben supervisar esta situación desde el Estado nacional. Responsabilidad de la UATRE, gremio del sector que, con Venegas a la cabeza, mira para otro lado mientras comparte la Exposición Rural con quienes usufructúan esta realidad laboral.

Rey Momo
La vida que lleva Gerónimo Venegas es diferente a la que transita la inmensa mayoría de los trabajadores del sector. Venegas, el Momo, es el titular del gremio. Luego de los primeros años de su vida en los que pasó dificultades, gracias a su llegada a la UATRE pudo construir un patrimonio importante, como para no volver a pasar necesidades. Venegas posee varios terrenos y propiedades a su nombre en Necochea y Quequén. También tiene propiedades en esos lares a nombre de Sonia Pamela Venegas y Jolani Venegas. Además hay una gran cantidad de propiedades y emprendimientos que se le atribuyen al Momo pero son complicados de chequear, como galerías comerciales y emprendimientos turísticos también en Necochea.
La obra social de la UATRE es una de las mayores implicadas en la causa judicial por la denominada mafia de los medicamentos. Venegas estuvo preso por esa causa y los $500 mil que tuvo que juntar en cuestión de horas para salir en libertad bajo fianza no fueron impedimento. No anda mal de efectivo el Momo. Un poder adquisitivo y una capacidad de ahorro que se encuentra a años luz de los trabajadores del sector diferencian a un dirigente gremial que hace 21 años conduce la UATRE nacional acordando con las patronales agropecuarias.

Ministerio de Trabajo en Negro
Tomada, quien sorprendido remarcaba el 80% de trabajo en negro del sector, no puede desconocer la complicidad de los entes gubernamentales en el florecimiento de la irregularidad. Quienes debían encargarse de supervisar la situación de los trabajadores del campo era el RENATRE. En el organismo convivían la Sociedad Rural, la Federación Agraria, las Confederaciones Rurales, Coninagro -las 4 entidades, representantes de los empresarios agropecuarios- y la UATRE. En RENATRE se acordaban mecanismos de fiscalización y la utilización de los recursos estatales destinados para tal fin. Casualmente, se tercerizaban las acciones y resulta que las empresas beneficiarias se encuentran vinculadas al propio Venegas. Es más, una de ellas, Gragard, tenía domicilio fiscal en el mismo lugar que la UATRE.
Recién estos meses, en los que la avanzada antimoyanista se afianza, el Ministerio de Trabajo ordenó una auditoría al ex RENATRE como forma de minar el imperio del Momo, hoy aliado potente y estratégico del líder camionero en la disputa de la CGT. La auditoría, que detectó obvias y graves irregularidades, cubrió el período 2002-2010. Este accionar tardío no hace más que evidenciar la desidia y complicidad del Estado nacional en estos 10 años, ante la grave situación de los trabajadores del sector y los negociados de patrones y burócratas. Empresarios ricos y sindicalistas ricos, a costa de trabajadores pobres y subsidios del Estado que iban a parar a los bolsillos de unos pocos.
La convivencia entre empresarios voraces, sindicalistas burócratas y el Ministerio de Trabajo no es nueva. Este combo es el que deben enfrentar los trabajadores de muchas actividades cuando intentan cambiar sus condiciones laborales. Desatar este nudo es el mayor desafío que enfrentan los trabajadores organizados para avizorar nuevas organizaciones gremiales y una nueva realidad laboral.

* Licenciado en Comunicación Social / Periodista especializado en temas gremiales / Conductor de En Casa Hablamos FM Radio Sur 88.3 / http://escritosdeclase.blogspot.com.ar/ @ludistas
Nota originalmente publicada en Marcha

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