sábado, 18 de agosto de 2012

Expresiones de la burocracia ante la necesidad de participación


Al repasar la realidad de 21 gremios de los más importantes del país encontramos que la falta de renovación en la conducción es una constante. De libertad sindical hablamos cuando se exige la personería jurídica a la CTA, pero no sólo se trata de demandar posibilidades legales para la emergencia de nuevos sindicatos. Es importante expresar reclamos que tiendan a fortalecer sindicatos que han perdido su rumbo. Pensemos: ¿de qué hablamos cuando hablamos de democracia sindical? Por Jorge Duarte *

Las conducciones en los gremios suelen tener liderazgos personalistas y duraderos. Los Secretarios Generales de los sindicatos con mayor exposición son una muestra de un fenómeno que se extiende a casi todos los casos. Las eternizaciones se consolidan al mismo tiempo que crecen las acusaciones de burocratización y las sospechas (muchas veces comprobadas) de corrupción, enriquecimiento ilícito, etc. Este parece ser el dilema que enfrenta la práctica sindical en Argentina y el desafío a superar para que los gremios vuelvan a ser herramientas fundamentales de los trabajadores al servicio de sus necesidades y no un obstáculo más.Cuando enfocamos la mirada en lo que sucede en 21 gremios** de los más importantes de la Argentina detectamos que el fenómeno, con matices, se repite. Los Secretarios Generales se mantienen en ese cargo por un promedio de 24,5 años. Siguiendo con el análisis nos topamos con que en los últimos 15 años de esos 21 gremios sólo 3 cambiaron sus conducciones, pero en ningún caso se dio por un proceso de renovación natural, más bien sucedió por cuestiones forzadas. En la UOM la renovación se produjo por el fallecimiento del Secretario General del gremio, Lorenzo Miguel, quién estuvo 32 años en la conducción. Algo similar ocurrió en SMATA con el fallecimiento de José Rodríguez, quién se mantuvo en el cargo durante 36 años. Distinto, pero similar, es el caso de UTA que tuvo renovación en el secretariado general al desatarse un escándalo de corrupción que involucraba a Juan Manuel Palacios. Palacios tuvo a su cargo el gremio de transportistas por un lapso de 22 años y su salida se vinculó a la compra de una estancia millonaria a su nombre en la localidad de Henderson (Provincia de Buenos Aires). El resto mantuvo sin alteraciones su cara principal.
Al hablar de las causas judiciales y las acusaciones de corrupción que pesan sobre los dirigentes sindicales encontramos otro patrón. Del total analizado sobre el 91% de los dirigentes que investigamos pesan acusaciones o procesamientos de diversos delitos. Los casos paradigmáticos los encabezan Pedraza de la Unión Ferroviaria, acusado de ser el autor intelectual del asesinato a Mariano Ferreyra; Juan José Zanola de La Bancaria que habitó la cárcel por la causa que investiga la mafia de los medicamentos, al igual que Gerónimo Venegas de la UATRE. Sobre Gerardo Martínez de la UOCRA, Ramón Baldassini de empleados de Correos, Jose Luis Lingeri de Obras Sanitarias y Oscar Lescano de Luz y Fuerza pesan denuncias y sospechas sobre su colaboracionismo con la última dictadura cívico-militar. Los procesamientos por estafas y por enriquecimiento ilícito son numerosos. De este modo podemos entrever que las eternizaciones, la burocratización y la corrupción suele ser un entramado indisoluble.
Es importante destacar que en muchos de los sindicatos analizados se observa la imposibilidad de presentar listas alternativas que disputen la conducción. Entonces el problema se complejiza cuando se vedan los canales de participación y se traban las opciones a los trabajadores. Porque de eso también hablamos cuando pensamos en democracia sindical: en las posibilidades concretas de los trabajadores de participar de la vida política de los gremios, que son sus herramientas para conseguir mejoras en las condiciones laborales. 
Conocidos son los casos en los que las conducciones burocráticas se asocian a las patronales para despedir a los trabajadores que buscan instalar el germen de una alternativa. Estamos ante sindicatos patronales y patrones poniendo límites a la participación, precarizando el trabajo y taponando las alternativas obreras. La democratización de las tomas de decisiones se vuelven una ilusión, ante conducciones oscurantistas que suelen sesionar a escondidas. Un tema no menor para agregar a la situación se vincula con la constante falta de representación de las minorías en las conducciones de los gremios. Los estatutos vigentes mayormente no prevén la posibilidad de representantes por las minorías en las comisiones directivas. Por lo tanto, en aquellos casos en los que los trabajadores pueden armar listas de oposición, a pesar de todas las dificultades que deben sortear, al no ganar se quedan sin nada. Esta situación pone en absoluta disparidad a las conducciones con las oposiciones, dejando fuera de cualquier instancia de toma de decisiones a las minorías y negando su palabra y representación.
El sólo hecho de la renovación en el cargo de los dirigentes no sería un problema si quienes se sientan en los sillones representasen las necesidades, intereses y reivindicaciones de aquellos a quienes representan. Sin embargo, mayormente esto no suele ocurrir, más bien es moneda corriente lo opuesto. La eternización presenta un caldo de cultivo apropiado para que emerjan focos de corrupción y burocratización. Encontrarle una salida a este callejón es un paso necesario para conseguir la tan ansiada libertad sindical y terminar con las persecuciones a los trabajadores que deciden participar en la vida política de los sindicatos desde posiciones no burocráticas.



* Licenciado en Comunicación Social / Periodista especializado en temas gremiales / Conductor de En Casa Hablamos FM Radio Sur 88.3

Contacto:

** (UTA – SMATA – UPCN – Alimentación – UOCRA – Luz y Fuerza – Obras Sanitarias – UOM – Comercio – Sanidad – Papeleros – Unión Ferroviaria – Camioneros – Correo – Bancarios – UATRE – Gastronómicos – Peones de Taxis – Municipales – Judiciales - Suther)

Nota originalmente publicada en ANRED

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