viernes, 27 de julio de 2012

Cae la participación de los trabajadores en la riqueza


Por Jorge Duarte*
Un análisis estructural de la situación de los trabajadores durante los últimos años y una perspectiva de análisis distinta sobre las divisiones al interior del movimiento obrero.

Hay varios motivos que se presentan a la hora de explicar las divisiones en el movimiento obrero organizado en los últimos años. Las razones político partidarias, las relaciones personales, las ambiciones individuales y los modos de conducción agotados, éstos son sólo algunos de ellos. Sin embargo, mayormente no hay explicaciones que releven cuestiones estructurales, económicas y sindicales. Tratemos el tema desde esa perspectiva entonces.
Durante la década menemista, que derivara en la gran crisis del 2001, se produjo una pérdida constante de la participación de los trabajadores en la riqueza producida. Sin embargo, el golpe de gracia a los trabajadores se expresó en la gran pérdida salarial que provocó en los asalariados la devaluación post crisis de 2001. Esto queda expresado en una caída de 7% de la participación de los trabajadores en la riqueza en el lapso de 12 meses. A partir de 2003, con el comienzo del período kirchnerista se abre una etapa de recuperación acompañada de la creación de millones de empleos. Esta etapa de “romance”, coincidió, y no casualmente, con un momento de quietud en las centrales sindicales. Encontramos una CGT encolumnada detrás de la figura de Moyano y una CTA sin fracturas bajo la conducción de De Gennaro (hasta 2006) y de Yasky (de 2006 a 2010).
El siguiente cuadro expresa el nivel de participación de los trabajadores en las riquezas producidas desde 1993 a 2011:
Cuadro Nº1: Participación de los trabajadores en la riqueza producida
Fuente: Revista Apuntes para el Cambio 
Como vemos, la pendiente decreciente se mantiene desde 1993 a 2001 y se produce una caída brusca, fruto de la devaluación en 2002. Desde 2003 comienza el período de recuperación que se mantiene hasta 2009. Vale remarcar que si bien la pendiente es positiva hasta 2009, el valor alcanzado no supera los números iniciales (1993). Ahora bien, desde 2009 a 2011 vemos que en lugar de crecer la participación de los trabajadores, comienza a decrecer. Esa pendiente negativa hace que se pierdan 2,8 puntos porcentuales en dos años, sobre un total de 10 puntos porcentuales recuperados en todo el período.
La caída en la participación en la riqueza de los trabajadores es contemporánea con las crecientes tensiones dentro de las centrales sindicales. En 2010, en el marco de la disputa por la conducción de la CTA que enfrentó a Micheli y a Yasky se produjo una fractura que hasta el día de hoy no ha podido saldarse. El resultado de ese quiebre dejó una CTA de tinte opositor encabezada por Pablo Micheli y una CTA cercana al gobierno nacional encabezada por Hugo Yasky. En 2011 comenzó, además, el proceso de distanciamiento que terminó en el alejamiento definitivo de Hugo Moyano, Secretario General de la CGT del gobierno nacional y la posterior ruptura de la Confederación General del Trabajo (CGT). ¿Es casual que surjan estas divisiones cuando los trabajadores pierden peso en la participación en las ganancias? Repasemos algunos datos más.
En el período que va de 2004 a la actualidad, también se experimentó un aumento exponencial de las negociaciones colectivas de trabajo. Esto se hizo posible a raíz de que en marzo de 2004 se aprobó la ley 25.877, que derogó la denominada “Ley Banelco” de flexibilización laboral y estableció un nuevo marco jurídico para las negociaciones colectivas. Entre 2004 y 2010 encontramos que se produjo un aumento del 585% de la cantidad de negociaciones colectivas acordadas entre los trabajadores (representados por sus gremios) y las patronales:
Cuadro n°2: Cantidad de negociaciones colectivas por año.
Año
Cantidad de negociaciones
2004
348
2005
568
2006
930
2007
1027
2008
1231
2009
1331
2010
2038
2011
1864
Fuente: Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social
A partir de 2011 notamos un retroceso entre los acuerdos firmados con respecto al año anterior. Eso parece expresarse también en 2012, en el que ya podemos percibir problemas para cerrar acuerdos colectivos. Esto puede reconocerse en un informe presentado por SEL-Consultores del mes de junio, que menciona que el 47% de los convenios colectivos del año se negocia con retraso. Estos problemas se vinculan con el aumento de la conflictividad y con el freno de la economía que impone incertidumbre entre las partes.
Por su parte, la conflictividad gremial, que en el país se mantenía en valores bajos y relativamente estables en el período de post convertibilidad, se disparó en 2011. Mientras que en 2010 se relevaron un total de 385 conflictos, encontramos que en 2011 la cifra relevada llegó a un total de 754. De esta manera nos topamos con que el aumento de conflictos entre 2010 y 2011 fue de un 96%. Esa elevación de la conflictividad se mantiene en 2012, en medio de la dispersión de las fuerzas organizadas de los trabajadores causada por las fracturas en las centrales sindicales.
Entonces encontramos que entre 2009 y 2011 cae la participación de los trabajadores en las riquezas, se detiene el ritmo de aumento de la firma de las negociaciones colectivas, aumenta la conflictividad gremial y se produce una dispersión de las fuerzas organizadas de los trabajadores. Estos cuatro factores, combinados con el parate que presentan las variables económicas (retroceso en algunos casos), exhiben un panorama complejo a enfrentar por los trabajadores. Las divisiones en el movimiento obrero parecen expresar un freno a las posibilidades de imponerse en la puja distributiva y aporta al retroceso de la participación de los trabajadores en la riqueza.
En una Argentina en la que hay menos para repartir por la caída en la producción, la fuerza que consigan articular los trabajadores organizados será fundamental para que no continúe su retroceso en la participación en la riqueza producida. Si bien la fragmentación pareciera ser un freno, la respuesta de los asalariados se plasma en el aumento de la conflictividad, demostrando que sigue firme la lucha para recomponer una variable que todavía no ha llegado a los valores de los noventa y que todavía está en el 50% de lo que llegó a ser a mediados de 1970.

* Licenciado en Comunicación Social / Periodista especializado en temas gremiales / Conductor de En Casa Hablamos FM Radio Sur 88.3http://escritosdeclase.blogspot.com.ar/ @ludistas
Nota originalmente publicada en Marcha

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