martes, 7 de febrero de 2012

Faltan viviendas pero sobre todo soluciones: números del déficit habitacional de la CABA

A más de un año de la toma del Parque Indoamericano que marcó un punto de inflexión en la visibilidad de la problemática de vivienda en la CABA, fueron sobreseídos todos los imputados, tanto de la Policía Federal como de la Policía Metropolitana, por los dos asesinatos en los intentos de desalojos de ambas fuerzas. Los asesinos siguen libres y el problema es ignorado por los gobiernos, por los partidos políticos tradicionales y por los medios de comunicación. Repasemos de qué hablamos cuando hablamos de déficits habitacionales:

La lógica que expulsa

El denominador común de la política habitacional porteña, desde la última dictadura militar hasta hoy, es la creciente desregulación del mercado inmobiliario. Esta desregulación, término que hemos conocido en su máximo esplendor y en todos los ámbitos en los años ‘90, marca la ausencia del estado en acciones concretas que aseguren el acceso a la ciudad a los sectores de menos recursos. De este modo, la ciudad expulsa a los sectores con menos recursos hacia el conurbano o los condena al alquiler o, en la mayoría de los casos, a la informalidad.

Un boom inmobiliario sin precedentes, especialmente a partir del crecimiento sostenido de la economía que se presenta desde 2003, nos deja tendencias marcadas y constantes a la concentración y a la marginación de amplios sectores de la sociedad. Esto se da frente a un estado renuente a intervenir dejando que el mercado imponga sus reglas. La propia lógica del capital, que en tiempos de crecimiento económico lleva a la concentración, hace que el acceso al suelo y la vivienda sea cada vez más dificultoso y que la cantidad de viviendas desocupadas crezca de la mano de la problemática de acceso al suelo.

Dos ciudades: El sur y el norte

La ostentación del norte. Gran parte de la dinámica de crecimiento sostenido del mercado inmobiliario que se dio desde 2003 tiene su correlato en la concentración de la construcción en los barrios de mayores ingresos, aumentando, consecuentemente, la oferta de metros cuadrados a disposición de los sectores con mayores recursos. El informe presentado por el Centro de Estudios Perspectiva Sur a marzo de 2011 precisa que según datos de la Dirección de Estadística de la Ciudad, solo el 20% de las nuevas viviendas se localizaba en las comunas del sur, donde se concentra la población de menor ingreso. Este fenómeno no se presenta aislado. El Censo 2010 nos mostró que un total de 340,975 viviendas (número que representa un 24% del total) se encuentran desocupadas en la CABA. Lógicamente la mayoría de las viviendas sin ocupación se encuentra en la zona norte de la ciudad.

El sur es otra historia. Mientras que en el Norte se presentan la mayor cantidad de viviendas desocupadas, la comuna 8 (Villa Soldati, Lugano, Villa Riachuelo) es la que tiene menos viviendas sin ocupación. Además, la zona sur es la que ha sido postergada en términos relativos, por las inversiones inmobiliarias dejando menos metros cuadrados disponibles para aquellos que más los necesitan. En el sur el negocio inmobiliario cierra menos, la necesidad es mayor, el estado continúa ausente y la calidad de vida empeora. De Rivadavia al sur todo es más difícil.

Los alquileres

Lógicamente y debido al alza de los precios de los inmuebles, aumentó el valor de los alquileres y los requisitos exigidos para calificar como locatario. Para graficar concretamente lo que estamos expresando vale precisar que mientras que en 2001 el 37% del ingreso de una familia debía destinarse al alquiler de un departamento de 3 ambientes, desde 2005 debe asignarse, cuando menos, el 45%. Estos datos van en consonancia con el aumento de un 470% el alquiler de un 3 ambientes promedio en el período comprendido entre 2001-2010.

Este mencionado aumento del precio de los alquileres, sumado a las exigencias necesarias para calificar como locatario, redundó en una exclusión del mercado inmobiliario para sectores de más bajos ingresos con condiciones de trabajo informales. Entonces, para los sectores con más bajos recursos, ni el nivel de ingresos, ni las condiciones en las que acceden al trabajo, les permite afrontar los requisitos que el mercado inmobiliario espera para acceder a una vivienda en alquiler. Por consiguiente la opción es la informalidad.

Los números de la informalidad urbana

Según datos de diversos informes de políticas públicas y acceso al suelo, podemos precisar que al año 2010 sobre un total de 2.980.151 habitantes de CABA, 667.435 se encontraban en situación de vulnerabilidad habitacional. Lo que representa un total del 23% de la población habitacionalmente vulnerable. Sobre estos números vale precisar que el 9% de la población de la Ciudad vive en una villa porteña. Además, podemos ver que unas 12.000 personas viven en 23 nuevos asentamientos urbanos bajo autopistas o en lotes lindantes a ferrocarriles debido al escaso lugar disponible en las villas más antiguas. Citando a @zapataceci podemos decir que “lo que comparten estas distintas situaciones habitacionales, y las personas que las padecen, es la precariedad, en mayor o menor medida, de las viviendas en cuanto a estructura, acceso a los servicios básicos (agua, luz, gas, redes cloacales), a situación irregular en cuanto a la regularización dominial de las tierras y la situación socio económica de sus habitantes”.

Estos son los números que se encuentran en la trastienda de una toma de tierras que dejó como saldo 2 asesinatos y una cantidad de promesas que nunca se concretaron. El déficit estructural de vivienda, la falta de respuestas estatales, la ausencia de políticas publicas que ordenen el crecimiento, la necesidad de las familias de un lugar para vivir cercano a sus trabajos, la informalidad laboral, el crecimiento económico y la concentración del capital, se conjugan para conformar un coctel que expulsa a los sectores con menos recursos de la ciudad y condenan a condiciones de precariedad a otra buena parte. Mientras tanto los “sin vivienda” crecen y por ahora no hay a la vista soluciones concretas de la mano de políticas de estado.

No hay comentarios: